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martes, abril 23, 2024
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Advierten que en el microcentro de Paraná ya cerraron unos 60 comercios

Desde el inicio de la pandemia, diversos sectores de la economía se han visto severamente afectados en Paraná. La gastronomía y la hotelería son los rubros más visibles y muchos referentes bajaron las persianas de sus negocios. No obstante, hay otros que atraviesan su momento más crítico.

Más allá de los rubros que no están habilitados para trabajar en la actualidad, o los que pueden hacerlo parcialmente, la mayoría de los comercios que sí han podido abrir sus puertas desde principios de mayo no han logrado un repunte en las ventas. Si bien varios subsisten como pueden, hay otros que indefectiblemente sucumbieron ante la crisis que trajeron las medidas más estrictas para frenar el avance del coronavirus en el país.

Aunque no hay una estadística oficial, se estima que solo en el microcentro de la capital entrerriana cerraron unos 60 locales. Esto se puede apreciar a simple vista haciendo una recorrida por la zona de la peatonal San Martín y las calles aledañas. A esta cifra hay que sumarle la de los negocios de otros sectores de la ciudad, que no permanecen ajenos a la estrepitosa caída en los ingresos.

Y si bien suele haber casos de comercios que definieron mudarse a locales más chicos o a zonas no tan céntricas para achicar los gastos de alquiler, son los menos.

La presidenta de la Cámara de Comerciantes del Microcentro de Paraná, Betiana Curiotti explicó que las mayores dificultades que enfrentan los propietarios de negocios hoy en día son efectivamente las bajas ventas, a las que se le suman el pago de los alquileres, los sueldos, los servicios y la cantidad de impuestos y demás obligaciones con las que deben cumplir. “No hay una estadística reciente, pero uno de nuestros asociados hizo la cuenta recorriendo el centro comercial, y solo entre la Peatonal y alrededores hay entre 60 y 70 locales desocupados. Son muchísimos”, evaluó.

Aunque son varios los rubros afectados, el de venta de indumentaria es uno de los más golpeados, habida cuenta de que no se trata de artículos de primera necesidad y que mucha gente que no sale no renueva su vestuario, sobre todo cuando hay un grueso de la clientela que se quedó sin trabajo o sus ingresos mermaron como consecuencia de las restricciones en este contexto. “Hay una variedad de rubros entre los que cerraron, pero la mayoría, por lo que vimos, son del rubro indumentaria”, manifestó Curiotti, propietaria de una reconocida librería y regalería de la Peatonal, quien subrayó: “Igual hay que aclarar que estamos todos complicados. El tema más difícil son las ventas bajas y las obligaciones que tenemos que cumplir, como impuestos, y aporte de los empleados”.

A su vez, remarcó: “Los alquileres, en esta zona sobre todo, están altísimos. Hay propietarios de locales que no han cedido en nada ante esta situación y también hay otros que sí. Los precios son dispares, pero hay que pensar en que arrancan en los 60.000 pesos, de ahí para arriba. Si a eso se le suman solo los aportes de un local con un solo empleado, hay un costo fijo de 120.000 pesos al mes”.

Si bien vienen solicitando ayuda al municipio para que los eximan de pagar algún impuesto, solo han conseguido una prórroga, que no sirve de mucho con las sucesivas extensiones de la cuarentena y la escasa demanda. Sobre este punto, Curiotti adelantó que presentarán un nuevo petitorio a la Municipalidad para solicitar que se contemple la delicada situación por la que atraviesan.

Manuel Gabás, propietario de una tradicional marroquinería y regalería que funciona desde hace 46 años en Paraná y además forma parte de la comisión directiva de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), coincidió en que hay muchos locales que cerraron en los últimos meses. Al respecto, señaló: “No hemos hecho un trabajo estadístico, pero en el microcentro que comprende calle Corrientes, La Paz-Laprida, Buenos Aires, hasta Carbó-Paraguay y Pellegrini, donde existen más o menos unos 450 locales comerciales, por lo menos hay entre un 7% y un 8% que hoy están desocupados”.

Sobre esta situación, observó: “La mayor parte de los locales desocupados son los de menores dimensiones, de cuatro o cinco metros por 50. Es decir, que los cierres más frecuentes son de los comercios chicos, que son los más castigados, sobre todo aquellos en los que trabaja el pequeño comerciante solo o con algún empleado. Este es el sector más complicado”.

Asimismo, indicó: “Hay quienes dicen que se van a los barrios, porque es más económico el alquiler, pero hay varios que directamente han cerrado. La actividad comercial se volvió a habilitar a principios de mayo en Paraná y algunos ya no volvieron a abrir, y ahora se van sumando otros”.

“En calle 25 de Junio he visto al menos siete locales vacíos y casi todos están relacionados con la venta de indumentaria de damas y de niños, y con venta de accesorios para celulares. Una casa que vendía antigüedades tampoco está más, e incluso había un centro médico en San Martín, entre Bavio y Paraguay, que cerró o se trasladó, y esto me sorprendió”, comentó.

Si bien Gabás recordó que en las últimas décadas el sector comercial sufrió el “Rodrigazo” en 1975, la hiperinflación entre 1988 y 1989, y la crisis de 2001, aseguró que “nunca una enfermedad de este tipo había afectado la actividad industrial, el comercio y los servicios”.

“Al período recesivo que ya veníamos atravesando en los últimos años se le sumó ahora esta pandemia. Estamos esperanzados en que en 2021 esto se termine con la llegada de la vacuna y habría una recuperación”, dijo, aunque estimó que llevará un tiempo recobrar los niveles productivos y de ventas de años atrás.

Por su parte, José María Armándola, vicepresidente del Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios de Entre Ríos y propietario de una inmobiliaria, expresó: “En general los locales que están vacíos son de negocios que han cerrado”, y refirió: “Estadísticas no tenemos, pero en cuanto a locales comerciales que se desocuparon, el porcentaje debe rondar el 10%, que es bastante”.

El empresario concordó en que muchos de los cierres corresponden a los comercios más pequeños: “Es una lógica comercial que se aplica a cualquier actividad: el que tiene un negocio más grande tiene más reserva generalmente y puede aguantar mejor los momentos de crisis. Al que tiene un comercio más chico y con menos ingresos, o que va viviendo muy al día, si le tocan dos o tres meses como estos, no le da la economía para seguir subsistiendo y lamentablemente esto los lleva a algunos a cerrar”, concluyó.

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