Si bien las expectativas inflacionarias de los agentes económicos muestran señales de una tendencia descendente, todavía siguen siendo elevadas en torno al 55% a fin de año. Sin embargo, el sistema financiero viene asistiendo a un reajuste de los rendimientos ofrecidos a los ahorristas.
Un mes atrás quienes pactaron depósitos a plazo fijo en pesos a 30 días, por montos de hasta 100.000 pesos obtenían tasas cercanas al 60% anual. Ahora esos rendimientos han caído a menos del 56% anual. O sea, los rendimientos ofrecidos cayeron 400 puntos básicos. Esta baja no se condice con las tasas de referencia de las Letras de Liquidez del BCRA (Leliq) ya que el diferencial (spread) entre la tasa de las Leliq y la del promedio del rendimiento ofrecido a ahorristas se amplió en las últimas semanas. Por ejemplo, el spread promedio en agosto se ubicó en el 18 puntos porcentuales (hasta las PASO era de 13 puntos y luego se elevó a 20,5 puntos) mientras que en setiembre se alzó a los 25,5 puntos. En la primera parte del mes pasado el spread llegó a superar los 28 puntos porcentuales para luego, de la mano de la baja de la tasa de Leliq se fue ajustando entorno a los 20 a 23 puntos porcentuales. De modo que las tasas ofrecidas a los ahorristas comenzaron su recorte hace semanas, antes que las Leliq.
En la actualidad del stock total de las familias el 8% son depósitos de hasta $100.000, un 17% de hasta $250.000 y el 20% está entre $250.000 y $500.000, el resto son mayores al medio millón de pesos.
Si bien el panorama cambiario parece mostrar cierta estabilidad, puede resultar arriesgado dejar tantos pesos sueltos, no solo por su probable presión sobre el mercado cambiario sino también por su efecto inflacionario. Ya que por más que las restricciones y controles cambiarios conlleva un dique de contención desde las PASO los plazos fijos en pesos privados muestran una caída de casi 98.000 millones de pesos (los no ajustables -93.200 millones y los ajustables -4.700 millones). Esto por un lado refleja que, por ahora, no se vio una corrida dado que los plazos fijos no ajustables crecieron 0,8% en agosto y cayeron 5,4% en setiembre, o sea, están estancados y ya el mes pasado ni compensan el devengamiento de los intereses. La caída sí fue más acentuada entre los plazos fijos ajustables que cayeron 17,2% y 17,7% en los dos últimos meses.
Es evidente que la salida más importante se viene dando entre los depósitos privados en dólares (argendólares) que en los últimos dos meses perdieron u$s11.118 millones (se fue más del 34,2% del stock total). Pero el comportamiento de los plazos fijos en pesos de empresas y familias son como una espada de Damocles, porque si se acelera la salida de estos impactarán con fuerza sobre el mercado cambiario, más allá de los controles. Al respecto vale señalar que del stock total el 62% está en manos de las familias y el resto entre personas jurídicas. Estas últimas suelen utilizar estas colocaciones para administrar su capital de trabajo por lo que no es tan sensible a los vaivenes. En cambio, las personas físicas, en su mayoría, usan la opción del plazo fijo versus la apuesta al dólar. En la actualidad del stock total de las familias el 8% son depósitos de hasta $100.000, un 17% de hasta $250.000 y el 20% está entre $250.000 y $500.000, el resto son mayores al medio millón de pesos. O sea, dado el límite de los u$s10.000 mensuales, casi la mitad de los plazos fijos estaría en condiciones de traspasarse a dólares y representan más de u$s8.800 millones al tipo de cambio vigente.