Vemos que esta nota de hoy de la nación (Sofia Diamante) sigue la misma lógica de la de Clarín del día de ayer (Juan José Carbajales – Transición Energética ya, pero con Messi en la cancha), el planteo básico sería el siguiente: “Sin leyes de libre Mercado (aun en estos escenarios catastróficos), las Empresas NO invertirán y el petróleo NO se sacara de las profundidades de la tierra”.
La nota menciona tres condiciones, dos de las cuales están resaltadas en negritas por su importancia para las empresas:
a) Libertad para el giro de divisas al exterior, o sea, libre disponibilidad de divisas de sus exportaciones como resulta ofrecerse en el proyecto de “Ley de Promoción Hidrocarburifera”.
b) Establecer un sendero de precios apareados a los internacionales, sin importar su respectivo impacto en los surtidores (en la sociedad), pedido que choca frontalmente con la solicitud de las mismas empresas durante el 2020, donde exigían un precio sostén mientras los precios internacionales se caían como piano, es decir apoyaban fervientemente el pedido de un SUBSIDIO del Estado a través del “Barril Criollo”.
Cualquier lector con un mínimo de amor a su bandera, se preguntará lo siguiente:
– ¿Dentro del grupo de empresas que exigen este conjunto de CONDICIONES para seguir apostando a la Argentina, se incluye YPF?
– ¿Cual seria la actitud de YPF ante un escenario donde el Estado, NO PUEDA, o NO QUIERA, ceder total o parcialmente ante las demandas expresadas en estas notas periodísticas aludidas?
Estas preguntas NO son banales, simplemente porque YPF es la mitad del problema o la mitad de la solución… DE HECHO ES LA MITAD DE LA PRODUCCIÓN!
Vemos que lamentablemente la respuesta esta abierta, nadie ha querido estresar, llevando al extremo la relación Estado / YPF por obvios temores. Una posible respuesta de la empresa YPF podría ser, demorar sus planes de producción, como lo hizo en el 2020 ante los escenarios de precios pandémicos y de esta forma alinear su estrategia a “la de la OTRA mitad” de la industria de Hidrocarburos para presionar y obtener un precio de gas que duplica, o llega mas que a triplicar sus costos, como es el caso del gas convencional ?
La otra mitad del problema, esta en las manos de las provincias productoras, cuyo papel de
autoridad de aplicación sobre compromisos de inversión de las empresas definidas en las licencias, en muchos casos es bastante laxa, permitiendo a las empresas “manejar” los compromisos asumidos.
Conforme el razonamiento anterior, vemos que las dos notas referidas son de un alto sesgo favorable a los intereses empresarios, una posición que justifica y suaviza la posición cuasi extorsiva de parte de las empresas licenciadas para extraer, un recurso natural propiedad del pueblo.
Aun así resulta interesante hacernos una pregunta que viene proponiéndose como paradigma desde hace como mínimo dos años… ¿CUÁNDO LA POLÍTICA PONDRÁ LA ESTRATEGIA DE YPF BAJO SU ORBITA Y NO, LA INVERSA?