En su presentación ante el Consejo de las Américas, el presidente Alberto Fernández fue muy claro: el objetivo del Gobierno en el plan pospandemia será potenciar al sector agroindustrial argentino en su rol de generador de divisas y empleo genuino. En este marco, el mandatario aguarda la propuesta concreta que le llevaría el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) para que las exportaciones crezcan hasta los u$s100.000 millones -según pudo averiguar Ámbito, el primer mandatario ya tuvo un primer acercamiento al proyecto de la mano de sus ministros Basterra y Kulfas, además del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa- y en paralelo la orden que bajó a su gabinete fue clara: pulir el vínculo con los principales actores del sector para que sean parte de esta nueva etapa en la reconstrucción económica.
“Después de la pandemia el mundo seguro va a reclamar alimentos; tenemos que pensar cómo desarrollamos la agroindustria. Lo ideal sería dejar de vender alimentos para los animales que otros tienen y empezar a alimentar a nuestros propios animales y vender nuestra carne faenada en el mundo. Pensar en las proteínas animales debidamente industrializadas nos daría a nosotros un valor agregado en aquello que exportamos que sería muy importante”, detalló Fernández en su presentación ante el Consejo de las Américas y en seguida desde el CAA festejaron esta iniciativa porque justamente está en línea con el plan en el que están trabajando.
Diego Cifarelli, presidente de la Federación de la Industria Molinera (FAIM) que nuclea a los principales molinos de la Argentina y parte activa de la UIA y ahora del CAA, detalló en diálogo con Ámbito: “Estamos ante una oportunidad única para el sector agroindustrial en la pospandemia y en este marco, a partir de nuestra iniciativa, encontramos una muy buena receptividad por parte del Gobierno; es tiempo de diálogo”.
Por su parte, Antonio Aracre, CEO de Syngenta, una de las empresas de tecnología para el agro más importantes en el mundo, viene desde hace varios años trabajando para instalar el concepto de “Vaca viva”, es decir, emular al potencial que hoy cuenta Vaca Muerta en materia energética, pero en lo referido con la exportación de origen agroindustrial y agroalimentario. En una entrevista que le concedió a Ámbito semanas atrás brindó más precisiones: “Argentina tiene que salir del déficit, compensar la balanza de pagos y en este marco tiene una gran oportunidad de generar divisas de la mano del sector agropecuario.
El Gobierno tiene que potenciar a los sectores exportadores que pueden generar entre u$s10.000 y u$s20.000 millones para salir de este déficit y aquí la oportunidad está en exportar con mayor valor agregado. Más allá de exportar commodities, hay que procesarlos internamente, convertirlos en carne, en el caso del maíz y aprovechar el creciente mercado chino. Claro que para eso se necesita crédito y estabilidad fiscal, entre un sinfín de cuestiones. Para poder avanzar en ese camino también es indispensable que el Gobierno cierre definitivamente el canje de deuda y de esa manera volver a tener crédito de organismos internacionales”.
En la misma línea Pablo Paladini, líder el frigorífico porcino Paladini, hizo mención que contrariamente a lo que muchos creen, en el sector de los alimentos pueden llegar inversiones más que significativas en lo relacionado con las proteínas animales. “Hay activos en dólares que realmente están muy baratos. Estimo que si el Gobierno termina arreglando el tema de la deuda externa, pueden venir interesantes inversiones y a partir de ahí puede haber una excelente proyección a futuro con el tema exportaciones. Nuestro país tiene un potencial muy grande, obviamente en exportación de granos, eso ya está claramente demostrado, pero también en carne vacuna y con la carne de cerdo se está haciendo un muy buen trabajo desde el sector para ganar mercado. Son rubros en los que pueden llegar inversiones siempre pensando en los envíos al exterior”.