Alberto Fernández se consagró como nuevo Presidente al alcanzar más del 48% de los votos contra el 40% obtenido por el actual mandatario Mauricio Macri.
Por lo pronto, el candidato de Juntos por el Cambio mejoró su desempeño electoral en la mayoría de las provincias del país, pero no le alcanzó para evitar un triunfo en primera vuelta de su adversario del Frente de Todos.
Al igual que como ocurrió en las primarias, Macri se impuso en Córdoba y en la Ciudad de Buenos Aires, pero en este caso también lo hizo en Entre Ríos, Mendoza, San Luis y Santa Fe, lugares en los que había perdido en las PASO.
Por otra parte, el saliente jefe de Estado dio batalla en Chubut, Corrientes y Jujuy, distritos en los que la fórmula de Juntos por el Cambio quedó a ocho puntos o menos por debajo de la del Frente de Todos.
De la misma manera que en las primarias, el oficialismo nacional sufrió su peor derrota en Santiago del Estero: con casi la totalidad de las mesas escrutadas, en esta provincia Fernández sacaba más del 74% de los votos, mientras que Macri conseguía poco menos del 19 por ciento.
El Presidente tuvo su mejor desempeño en Córdoba, donde superó por más de 32 puntos a su principal rival electoral, lo que representaba unos 720 mil sufragios de distancia. Por otra parte, en comparación con las PASO, la remontada más importante la dio en Mendoza, ya que pasó de los 37% en agosto a los más de 50 por ciento a los que llegó en octubre.
Si bien aumentó su apoyo en casi todas las provincias, esto no le alcanzó para forzar el balotaje y Fernández se consagró como su sucesor en primera vuelta.