Por atractivas que sean, y lo son en la medida que comprenden el 80 por ciento de los mejores futbolistas del planeta, sin pandemia o con pandemia el pescado grande de las principales ligas europeas es cosa de un minúsculo grupo de clubes poderosos.
En ese contexto de monopolio obsceno, por caso, Juventus acaba de hilvanar su noveno Scudetto en continuado, ahora por delante de Inter, Atalanta y Lazio.
En las otras ocho Serie A, el segundo lugar correspondió a Napoli en cuatro ocasiones, a Roma en tres y a Milan en una; mientras que el tercero a Roma en dos, Napoli en dos, Udinese, Milan, Lazio y Atalanta.
En la máxima competencia de Alemania, el escenario del reparto de títulos no es menos anodino: Bayern Münich acaba de ganar su octava Bundesliga en serie.
En el lapso Borussia Dortmund resultó subcampeón en cinco y en las restantes Wolfsburgo, Schalke 04 y Leipzig.
Pero además en las dos últimas versiones se ha repetido el podio: Bayern Münich, Borussia Dortmund y Leipzig, fundado en 2009 y de veloz inserción gracias a la montaña de billetes empleada por la bebida energizante Red Bull.
¿Y España?
Harto conocida la opulencia de Real Madrid y Barcelona, viceversa, tampoco será ocioso reponer el exponencial crecimiento financiero del Atlético de Madrid a partir del impulso del que lo ha dotado un ciclo, el de Diego Simeone, cuyo comienzo data de diciembre de 2011.
En la temporada 2011/2012 fue campeón Real Madrid, subcampeón Barcelona y tercero Valencia.
¿Dónde reside la curiosidad del dato?
En que desde entonces jamás ocupó el podio otro equipo que no sean los tres grandes-grandes.
(Ni Valencia, ni Sevilla, ni los dos vascos de mayor tradición y lustre, Athletic de Bilbao y Real Sociedad, alcanzaron a disponer de la gracia de sobrepasar la línea del cuarto escalón).
En Francia, a su vez, desde 2012 la única luminosa excepción fue la del Mónaco que en 2017 coronó con un gran equipo en el que brillaron el colombiano Radamel Falcao y un adolescente Kylian Mbappé y que postergó a París Saint-Germain, a su vez poseedor de las otras siete vueltas olímpicas.
En esa línea de tiempo Olympique de Lyon terminó dos veces segundo y tres veces tercero; Olympique de Marsella dos veces segundo, Mónaco y Lille una vez, mientras que Lille mismo, Niza y Rennes alcanzaron el tercer puesto.
Al parecer, por lo menos hasta nuevo aviso la Ligue 1 será cosa del Fondo Soberano de Inversión de Qatar, es decir, del París Saint-Germain, cuyo presupuesto para la temporada 2019/20 osciló en los 300 millones de euros, aunque por cierto el petróleo y el gas copioso se han revelado insuficientes para quedarse con la Champions League.
En la Premier League de Inglaterra las dos temporadas últimas entregaron astronómicas sumas de puntos de Manchester City y Liverpool, campeón y subcampeón, viceversa, de manera que ahora quedará por ver hasta dónde podrán terciar colosos del tipo de Chelsea (campeón en 2014/2015 y 2016/2017), Manchester United (campeón en 2010/2011 y 2012/2013) y Arsenal, cuya última vuelta olímpica se remonta al verano de 2004.
En otra liga europea de menos relevancia pero de cierta trascendencia, como la de Portugal, en la Primeira Liga hace 18 años que el título se lo reparten dos de los tres grandes (Porto en 11 ocasiones y Benfica en 7), en tanto que el tercer coloso histórico, Sporting, ha debido contentarse con el tercer lugar en el podio (nueve veces), en tanto que en las otras nueve oportunidades correspondió a tres veces a Benfica, dos a Sporting Braga, dos a Porto , Vitoria de Guimaraes y Pacos Ferreira.
Así planteada una tendencia de inequívoca concentración de euros, presupuestos y estrellas en unos pocos clubes, todos los demás, los del fútbol terrenal, persiguen la quimera del Leicester City, único de los que a grandes trazos se da en llamar “chico” que coronó de diez años a estos días.
Conforme pasen los años acaso derive en leyenda la insospechada máquina de ganar impulsada por el italiano Claudio Ranieri, con el danés Kasper Schmeichel en el arco, Danny Drinkwater y el francés N’golo Kanté en el medio y Jamie Vardy y el argelino Riyad Mahrez en el ataque, con un par de goles importantes del argentino Leonardo Ulloa.