En la apertura de sesiones del Congreso, el 1 de marzo, Alberto Fernández anunció que enviaría el proyecto “dentro de los próximos diez días”, por lo que los legisladores esperan que ingrese a la Cámara de Diputados en el transcurso de esta semana.
La razón por la que el debate iniciará en la Cámara baja es porque se prevé que allí se apruebe rápidamente y sin demasiadas complicaciones debido a que en 2018 el proyecto de la Campaña por el Aborto Legal pasó con lo justo hacia el Senado, donde finalmente se rechazó.
Tras aquella aprobación, el escenario en Diputados es hoy más favorable para el proyecto que enviará el Gobierno: en principio hay 120 votos a favor y 103 en contra, con una treintena de legisladores indefinidos.
Las dudas se concentran en el Senado, donde las legisladoras “verdes” reconocen que los “celestes” tienen más votos, aunque se muestran optimistas debido a que la diferencia es menor y a que, a diferencia de 2018, esta vez el Presidente impulsa la iniciativa.
Sin embargo, el conteo de votos (en el Senado son 72) muestra que la pelea será ajustada: según un sondeo hecho por NA, hay 35 senadores en contra del proyecto, 32 a favor y 4 indefinidos, con José Alperovich fuera de los cálculos por estar de licencia a raíz de una denuncia por violación.
Con esos guarismos, el Gobierno necesitará garantizar el apoyo de los 4 indefinidos o apostar a las ausencias de senadores oficialistas que rechazan la legalización del aborto, como es el caso del jefe de la bancada, el formoseño José Mayans.
La Casa Rosada ya dejó trascender que el proyecto es “del Presidente” y que, por lo tanto, no aceptará que legisladores del oficialismo voten en contra, lo cual deja entrever que buscarán “levantar senadores”, como se dice en la jerga parlamentaria para referirse a las ausencias a pedido.
Otro de los escenarios posibles es que los “verdes” alcancen un empate y que, en ese caso, le toque a la vicepresidenta Cristina Kirchner definir.
La ex mandataria siempre estuvo en contra de la legalización del aborto hasta que en 2018 votó a favor, según explicó, inspirada por la militancia de las mujeres jóvenes entre las cuales está su hija Florencia.
Ese antecedente, sumado a su rol de vicepresidenta de Fernández, permite suponer en la hipótesis de un empate que la titular del Senado definiría la disputa a favor de la legalización.