La provincia de Entre Ríos enfrenta a un problema financiero grave. “No hay plata” reiteran funcionarios cuando se los interpela sobre las cuentas públicas que heredó la gestión que comanda Rogelio Frigerio.
El Ministro de Economía, Julio Panceri, reveló hoy en rueda de prensa que en poco más de un mes opera un vencimiento por casi 65 millones de dólares.
Se trata de un vencimiento de capital de un empréstito tomado por la administración anterior, de Gustavo Bordet, con fondos internacionales.
La deuda que tiene que honrar la provincia tuvo su origen en el déficit por gastos corrientes acumulados, los que en su momento también fueron reestructurados.
Panceri apuntó a que eso produce una carga en los próximos cuatro años de casi unos 570 millones de dólares.
Asimismo, mencionó que los factores que influyen en esta calificación son “un estrés presupuestario y financiero, provocado por una caída de la coparticipación nacional, una caída en la recaudación provincial y una fuerte presión del déficit de la caja de jubilaciones”.
Para honrar los compromisos el equipo de gobierno de Frigerio se encuentran evaluando opciones para refinanciar y reestructurar la deuda con la dificultad de tener una calificación negativa y una deuda acumulada de 65 millones de dólares que eleva las tasas de interés en el contexto actual.
La provincia depende en gran medida de los ingresos tributarios y la recaudación ha estado por debajo de la inflación. Los alcaldes también están lidiando con el impacto de la devaluación y la reducción de los subsidios.
El gobernador ha dado las directivas, se ha hablado con todos, pero no deja de ser preocupante el problema financiero que tiene la provincia en el corto y mediano plazo.
La provincia depende en un 75% de sus ingresos tributarios de la coparticipación nacional y entre salarios y jubilaciones la provincia destina casi un 90% de lo que es importe al pago de ese tipo de obligaciones.
Esta variable escapa al control del estado provincial ya que son recursos de origen nacional que se ven acotados por la depresión económica del contexto macroeconómico actual y además, los recursos que dejo la administración de Gustavo Bordet estaban apalancados en pesos. La devaluación redujo en un 50% la capacidad de hacer frente al pago de los compromisos contraídos en moneda extranjera.
“Los acreedores de la deuda identificados, no son muchos. Son fondos de inversión que son los mismos que están de origen”, apuntó un funcionario del área económica.
El déficit financiero de la provincia se debe en parte a la deuda en obra pública y proveedores del Estado lo que lleva a retrasar los pagos en un contexto de estrés económico y financiero con el que se encontró la administración de Frigerio.