Evidentemente la brújula de Entre Ríos, está rota, han descompuesto el termómetro para ignorar la temperatura, estamos cocinando nuestra decadencia a fuego lento, a “baño María”, no hay manera de ofrecer el cambio necesario para la Provincia sin priorizar la agenda local, es decir sin una gran dosis de federalismo.
Es evidente, el desembarco del Gobernador Frigerio es más hijo del fracaso de la gestión peronista que de sus propios padres. Frigerio fue capaz de introducir en campaña un discurso renovado, centrado en la verdadera agenda provincial, pero más temprano que tarde cae en la tentación de seguir adelante con la inacción como único norte.
Entre Ríos tiene una estructura económica que la inhibe de crecer sostenidamente, y el modelo energético es clave.
Para lograr el verdadero cambio en nuestra provincia, resulta indispensable que la política interprete cabalmente, la necesidad de administrar el intercambio comercial tanto intra provincial como extra provincial bajo la premisa de cuidar el trabajo, la inversión y desarrollar una industria que asegure el proceso de elevación de valor agregado.
Para acercarnos a ese objetivo, resulta absolutamente indispensable definir una política energética que asegure controlar precios locales para que resulten competitivos con la zona de AMBA.
Para que esto ocurra deberíamos conseguir que la energía se retribuya con costos económicos auditados y así evitar el objetivo histórico de que ENERSA resulte bendecida por un cuadro tarifario que permita una súper renta.
Ante esta situación que se perpetua sin solución de continuidad, lo que se propone es sintéticamente, que se retome la sana conducta de calcular el costo de la energía y se ponga al servicio de una economía competitiva, productiva, pujante y una vida más confortable para el pueblo.
Ese objetivo, depende en gran medida de que las concesionarias no obtengan la tarifa que piden, sino la tarifa que los usuarios puedan pagar y que garantice la competitividad productiva, único sostén sustentable del bienestar social.
Para que esto sea realidad, una medida inmediata debería ser impedir la asociación de los estados sub provinciales en las
facturas eléctricas, un negocio que permitió cerrar los números fiscales de los municipios a costa de impedir el desarrollo productivo provincial. Si de recaudar impuestos y tasas se trata, que aquellos estados cobren dichos conceptos directamente a los contribuyentes por sus medios, y corran con las consecuencias de ello, y no que los perciban a través de un servicio con clientela cautiva.
Otro actor que se encuentra distorsionando la capacidad provincial de definir una política energética que garantice en desarrollo productivo, son las subdustribuidoras eléctricas, las que en nuestra provincia toman el formato de cooperativas eléctricas, evidentemente habrá que volver a estudiar este formato de distribución mixto que, como resulta evidente, tiene capacidad de distorsionar cualquier política energética provincial.
Como conclusión de lo anterior, podemos señalar que hasta este momento los gobiernos provinciales negociaron absurdos para el desarrollo, permitiendo transferencias económicas a costa de sostener la inmovilidad, el atraso y hasta la desaparición de nuestra producción, lo que claramente exhibe una concepción energética del tipo Commoditie (Una mercadería) y no un bien Estratégico.
Es evidente, que este concepto ha resultado poco edificante para la Provincia de Entre Ríos y así mismo, el cambiarlo resulta en una acción que toca intereses muy profundos, aún así, urge operar sobre estos elementos.
Resulta urgente y mandatorio, definir una tarifa que nos permita producir y vender al resto del país valor agregado y NO limitarnos a ser oferente a de commodities.
Todo lo explicitado anteriormente, nunca fue interpretado por “la política”, nuestra Provincia es vecina de AMBA, la mayor aglomeración industrial que inclusive resulta ser también el mayor polo de consumo y, si no podemos generar un ámbito de competencia con esta región, estamos condenados a la provisión de materias primas y por ende, bajo estos principios rectores, no tenemos destino de grandeza, porque lo que hacemos es transferir riqueza, recursos e ingresos permanentemente, a nadie le interesa parar esta sangría permanente.
Necesitamos urgentemente que el Estado provincial recupere Poder Económico y controle el recurso estratégico de la Energía hidroeléctrica que producimos.
Eso es parte indispensable de cualquier estrategia de desarrollo!
Básicamente, lo que proponemos no es solo la discusión de a
quién pertenecen los recursos, sino para qué los utilizamos, es decir el uso soberano de los mismos.
Uno de los factores centrales de los procesos de industrialización de AMBA ha sido justamente la comercialización de la energía a costos tales que promovieron el desarrollo, subrayamos y añadimos que, “La disponibilidad y acceso a la energía es un elemento fundamental de competitividad genuina para la industria entrerriana”
Es necesario planificar, pensar en el futuro y no traer todo desde otras provincias, sino fortalecer la industria local, producir aquí y capacitar a nuestra gente en ese sentido.
La experiencia internacional nos demuestra que sin energía barata la economía provincial no va a desarrollar la industria ni podría aspirar a una distribución del ingreso más justa ni a una clase media amplia. También ha quedado probado que tarifas altísimas, como las que ha sostenido eternamente nuestra provincia, no significaron inversiones energéticas de envergadura ni básicas de mantenimiento, solo sirvieron para EXPULSAR a las industrias y producciones electrointensivas como las del arroz y toda su cadena productiva.
Queda al descubierto que la mediocre calidad del servicio no está directamente vinculada a las tarifas, porque ya sean elevada o bajas siguió siendo deficitario para la mayoría de los usuarios y también fue mezquina la inversión para la expansión de la red hacia sectores excluidos
Marzo 2024
Entre Todos Entre Ríos (ETER)
Alejandro Di Palma, Roberto Domingo, Rubén Pagliotto