La habilitación provisoria del partido libertario en la provincia abre un escenario distinto con miras al 2025.
“La fragmentación del voto le devuelve el aire al peronismo” se ilusionan desde la sede provincial de calle 9 de Julio.
Desde el entorno del mandatario entrerriano, Rogelio Frigerio, dicen que las intermedias no son algo que desvele al ocupante transitorio del sillón de Urquiza.
Esto, claramente no implica dejar librado al azar el armado político para la próxima parada electoral. Las intermedias nacionales en las que se pondrán en juego tres bancas en el Senado y cinco en Diputados.
La polarización de los últimos años decidió que las bancas en juego se repartieran entre dos opciones electorales: 3 y 2 en las intermedias; 2 y 2 en las presidenciales.
Pero en 2023, el surgimiento de Javier Milei como opción presidencial generó un escenario de tercios, que en Entre Ríos fue más atenuado que en el orden nacional pero igualmente terminó rompiendo la polarización.
Del total de nueve diputados que representan a la provincia, cuatro quedarán en sus bancas ya que fueron electos en 2023.
Por el Peronismo Gustavo Bordet y Blanca Osuna; por Juntos por Entre Ríos, Francisco Morchio y Beltran Benedit por LLA, los cinco restantes se renuevan. Son tres JxER y dos Peronistas.
Una lectura rápida permite inferir que el gobernador pone en juego su capital negociador con el poder central.
Si bien, cada vez que se consulta a su entorno, a Frigerio no lo desvela otra cosa que la gestión; el mandatario deposita en su mesa chica la confianza para el armado de una propuesta electoral que contenga a propios, seduzca a terceros y le otorgue poder de fuego negociador con un presidente de otro “palo” político.
La aparición de un sello propio de La Libertad Avanza supone un problema. Si los libertarios deciden no aliarse con JxER o si los radicales se alejan de JxER ante la incorporación de libertarios a la alianza, esto supone la perdida de un capital electoral que posiciona, aún desde el llano y sin su principal herramienta (La Caja) y abre la puerta al peronismo hacia un logro electoral que lo reviva.
Otro escenario, poco probable para algunos, también existe.
La habilidad para la construcción política que adquirió Frigerio con el paso de los años junto a dirigentes de la talla de Carlos Menem, Jorge Busti, entre otros, es innegable.
¿Un dato tangible? Juntos por Entre Ríos tiene entre sus filas a dirigentes del PRO, MID, UCR, PJ, MSE ex PJ, Socialistas, Vecinalistas e independientes.
Los aliados que más estructura le aportaron al triunfo de JxER en 2023, por trayectoria, militancia y votos, fue la UCR, sin dudas.
Sin embargo, solos nunca pudieron desde 1983. En 1999 ganaron en alianza con otras expresiones partidarias.
En 1896, Leandro Alem, fundador del radicalismo, se suicida agobiado por los enfrentamientos que amenazaban con la disolución de su partido, y en su testamento político escribía la famosa frase “que se rompa pero que no se doble”. El mismo Raúl Alfonsín utilizaba esta frase como grito de guerra contra la hipocresía y contra los oportunistas.
Hoy, la dirigencia radical parece estar alejada de aquel último pedido de uno de sus máximos referentes. Se doblan y no rompen para cuidar “la quintita”.
En esos radicales, que traicionan a sus raíces, es difícil que alguien, incluso Frigerio, pueda confiar.
La política es servicio, es una herramienta para cambiar la realidad que nos rodea, es pensar en el otro. Quién se atrevería a postular lo contrario. Claro que mejor que decir es hacer y haciendo, ciertamente, muchos no hay.
El no hacer y la traición o el rompimiento de una alianza es un riesgo que debe afrontar el oficialismo gobernante a diario. El resultado del día a día es clave para mantener el poder de fuego negociador con un presidente de otro signo aunque ideas similares que no necesariamente sean, en la práctica, iguales.
La amplia base de sustentación política que catapultó a Frigerio hacia la poltrona de Urquiza está en riesgo más allá de que los propios dirigentes radicales lo nieguen.
El peronismo, inerte, casi sin capacidad de reacción contempla el devenir de acontecimientos políticos con expectativa.
La aparición tras la aprobación parcial del sello La Libertad Avanza en Entre Ríos los ilusiona.
Imaginan un escenario de tercios que los deposite nuevamente en el tope de las expresiones electorales y abra un panorama favorable para el 2027.
Dirigentes históricos ven en el horizonte cercano un entramado que podría depositarlos en las sillas de la vereda opuesta a plaza Mansilla. El peronismo advierte una campaña de persecuciones judiciales en el marco de una campaña electoral.
El escenario que era de tercios, con la aparición del “sello violeta” parece encaminarse hacia un escenario de cuartos. Ahí radica la ilusión del PJ.
El peronismo saltó así, de la terapia intensiva a la ilusión.
Sin embargo, en la construcción provincial del oficialismo, hay variantes que estaría estudiando Frigerio.
Dirigentes vecinalistas cercanos a Karina Milei, y hasta la propia Victoria Villaruel, podrían aportar el nombre de consenso que contribuya a desarmar la ilusión del peronismo.
El sudeste entrerriano es la clave. Desde allí surgiría la candidata que sintetice a los radicales que se doblan y bajarían la espuma libertaria.
A Frigerio no lo desvela la elección, se ocupa de la gestión, pero pone a sus mejores jugadores a armar el escenario 2025 que le mantenga el poder de fuego para negociar con el gobierno nacional y las aspiraciones intactas para repetir en la provincia.