Este domingo 26 de abril culminará la tercera fase del aislamiento social preventivo y obligatorio para contener el coronavirus. La cuarentena “administrada” seguirá en los próximos días con mucha rigidez y escasas variaciones en los grandes centros urbanos, tras la incorporación de once nuevas excepciones.
“La cuarentena va a seguir, pero va a haber aperturas. Esto es un paso a paso y va a ser distinto según los lugares del país. Vamos a empezar por geografía, charlando con cada jurisdicción, por nivel epidemiológico y nivel de circulación o no del virus”, expresó el ministro de Salud, Ginés González García, durante una entrevista con El Destape.
El jefe de la cartera de Salud confirmó que el Gobierno podría habilitar diferentes tipos de aperturas dentro de una misma provincia.
En el marco de la cuarta etapa del aislamiento, la cuarentena “focalizada” fuentes de la Jefatura de Gabinete le revelaron que se evalúa que desde el lunes 4 de mayo comience a implementarse la flexibilización de algunas actividades solicitadas por las provincias. Se habla de pequeños comercios y de los rubros gastronómico, forestal, construcción (focalizada en determinados puntos) y minería, entre otros, según publica el diario Clarín.
Aseguran que una razón que potencia la cautela: la ventana que el Gobierno abrió el fin de semana para que 20 mil argentinos varados en otras provincias regresen a sus hogares.
Ese flujo de personas entre los que se cuentan miles de estudiantes y trabajadores que viven en los grandes centros urbanos del país, donde hay circulación viral- obliga a los gobernadores a no cambiar bruscamente su estrategia.
Por ese motivo, Catamarca y Formosa, las únicas dos provincias sin casos registrados, tampoco tienen premura para pedir nuevas excepciones.
El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero -autoridad de aplicación de la cuarentena administrada-, encabezará este miércoles una nueva reunión del gabinete económico. Junto al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y al de Trabajo, Claudio Moroni; entre otros; analizará los pedidos puntuales de los gobernadores, pero también revisarán el funcionamiento de las nuevas excepciones autorizadas a partir de esta semana.
En las provincias la situación es parecida. Cada distrito examina los protocolos sanitarios para cada una de las actividades exceptuadas, que ya completan un listado de 54.
En ese contexto, varios gobernadores prepararan sus pedidos a Kulfas, el ministro encargado de autorizar la apertura de industrias, según la resolución administrativa que Cafiero firmó el sábado. El ministro ya tiene casi lista la reglamentación de ese proceso.
Los cuatro problemas que tiene el Gobierno para levantar la cuarentena
El sector público, la Justicia, la construcción y la educación, son sectores que mueven gran volumen de personas y pueden saturar el transporte público.
Tres de cada 10 empleados públicos nacionales trabajan desde sus casas. A un mes del inicio de la cuarentena, la dinámica del home office o trabajo remoto alteró la atención presencial pero no afectó lo administrativo.
Según un informe del Ministerio de Trabajo, la gestión de expedientes se mantuvo o, incluso, aumentó respecto a 2019. En marzo, con 10 días de aislamiento, se gestionaron 15,6% más expedientes que en marzo del año pasado.
El dato refiere al universo de los 196.054 empleados de la administración central pero excluye a los 183.894 de fuerzas armadas y de seguridad que siguen con trabajo presencial por el COVID-19.
Según datos del AFIP, a enero pasado en todo el país, sumando as provincias y los municipios, el sector público suma 3.186.300 trabajadores. No hay datos definitivos, pero se presume que, al igual que a nivel nacional, en esos niveles se repiten los porcentajes de home office.
Por su dimensión, el sector público es uno de los cuatro rubros que en el Gobierno nacional ubica entre los más difíciles y complejos para flexibilizar la cuarentena.
Mientras define la fase cuatro del aislamiento, con segmentación por provincia y ciudad, Casa Rosada analiza qué hacer con esos sectores que involucran mucho personal y, por ende, recarga sobre el transporte público.
Otro rubro donde Casa Rosada ve engorrosa la normalización a corto plazo es la Justicia. Depende de la Corte Suprema pero, hasta acá, el tribunal se alineó con lo que dispuso el Gobierno y redujo la actividad a lo esencial.
La Corte explora variantes para normalizar áreas y podría, como un modelo focalizado, establecer flexibilizaciones en algunas provincias pero “el problema crítico es el área metropolitana”.
El universo de mayor impacto es el educativo. La circulación de estudiantes de todos los niveles, además de docentes y no docentes, supone un universo inmenso. Según datos del Ministerio de Educación que conduce Nicolás Trotta, hay más de 15 millones de estudiantes y algo más de 1 millón de docentes.
Por eso, en el Gobierno proyectan lejana la normalización de las clases: recién en agosto.
El cuarto sector que en el mapa de Olivos aparece en rojo respecto a la apertura es la construcción. Algunos gobernadores e intendentes han pedido que se autorice la construcción privada pero parece lejano.
Según datos de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), entidad que la semana pasada estuvo en Olivos con Alberto Fernández y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, a marzo último, el sector empleaba a casi 350 mil personas.
Con la cuarentena que arrancó el 20 de marzo, se suspendió toda la actividad salvo las obras del programa de emergencia sanitaria: hospitales modulares, terminación de otros nosocomios y refacciones.
El 60% de los trabajadores están en la construcción privada que, por ahora, no está en las variables de apertura.
Varias razones. Una: se trata de una actividad de trabajadores que utiliza mayoritariamente el transporte público, vector de alto contagio.
Otro, logístico, se vincula con la capacidad de las empresas para garantizar protocolos sanitarios o de traslado del personal, algo que pueden hacer las grandes compañías que, además, tienen material en stock para retomar obras.
El tercero tiene que ver con lo que derrama: una obra privada reactiva varios sectores y gremios, con lo cual resulta compleja la apertura por el efecto sobre actividad relacionas, lo que reduce los controles.