Según un último informe de la consultora económica Ecolatina, el parate ocasionado por el aislamiento social preventivo y obligatorio encendió dos motores inflacionarios: emisión y brecha cambiaria. Sin embargo, consideró que al mismo tiempo dos de los principales drivers de la suba de precios se atenuaron con la crisis (regulados y costo laboral). Por lo tanto, la inflación probablemente se acelerará cuando la economía se normalice, aunque advierten que los riesgos de una hiperinflación son bajos.
Para Ecolatina, las proyecciones se ubican levemente por debajo del 53,8% de 2019, orillando el 50% en 2020. “En un escenario de precios regulados controlados, presiones salariales acotadas y un mercado cambiario oficial que podrá tensionarse, pero no se vería desbordado (gracias a un stock de Reservas netas superior a u$s 10.000 millones, a un elevado superávit externo y al cepo cambiario), los riesgos de una disparada de hiperinflacionaria son bajos”, argumentaron.
El potencial de reemplazar al efectivo que tiene esta tecnología es alto.
Si bien el informe identificó complicaciones propias de la cuarentena tales como sobrecostos de operación para las actividades esenciales y su efecto sobre las expectativas, a las que se sumaron la emisión y la suba del dólar paralelo, también señaló que el aislamiento activó frenos a la inflación. “Por ejemplo, el derrumbe del precio de los commodities energéticos permitirá extender el congelamiento de las tarifas de servicios públicos y los precios de los combustibles más allá del primer semestre sin mayor incremento del gasto en subsidios”, explicaron los economistas.
Asimismo, las actualizaciones salariales quedarán muy rezagadas en este marco de cuarentena y destrucción de puestos de trabajo. Por un lado, porque las paritarias más relevantes se deberían haber llevado a cabo a partir de marzo, algo que por obvias razones no está sucediendo. En consecuencia, los aumentos llegarán más tarde que todos los años. Además, en la búsqueda por evitar grandes pérdidas de puestos de trabajo, varios gremios están reduciendo sus pretensiones salariales o directamente negociando estabilidad de empleo a cambio de reducción de salarios.