Todo está en el terreno de la especulaciones. Gustavo Bordet sigue sin dar pistas de su decisión final respecto del calendario electoral.
A pesar de que medios nacionales dan por sentado que Entre Ríos tendrá un calendario dividido del nacional, la disyuntiva sigue planteada en la comarca de Urquiza.
Políticamente, a Bordet le serviría realizar las elecciones con las nacionales. Una derrota en ese contexto podría explicarse como producto de un gobierno nacional que ha hecho del desatino casi una política de estado.
Si logra un triunfo, Bordet y su equipo habrán salido fortalecidos hacia adentro del peronismo.
El escenario de elecciones conjuntas es atractivo también por la aparición de figuras nacionales que arrastren la mirada hacia otro lado. El electorado más afectado sería en ese caso el de Juntos o como se inscriba la fuerza electoral opositora.
El voto de derecha es casi propiedad exclusiva de Juntos, ahí restaría la aparición de Javier Milei.
Claro está que su candidato/a provincial, debería aparecer en las generales.
De cualquier manera, el arraste negativo del gobierno nacional, pondría en serio riesgo al candidato oficialista.
Desdoblar podría ser una bofetada política a la figura del peronismo con mejor imagen de los últimos años y la consecuente pérdida de poder político en el territorio y a nivel nacional.
Un riesgo innecesario que tomaría Bordet si, por pedido de sus candidatos locales decide apostar a enfrentar a Rogelio Frigerio mano a mano con su alfil o el que surja de las internas simultaneas.
Bordet es un tiempista y estratega que, seguramente, debe tener esas opciones bajo un exhaustivo análisis.
Perder por motu propio y perder por influencia de un arrastre negativo del gobierno nacional son dos variantes posibles con distinto peso político para una de las figuras con mayor imagen positiva del peronismo en tierra de Pancho Ramírez y Urquiza.
Para develar la incógnita resta poco más de un mes.