20.3 C
Paraná
martes, abril 30, 2024
HomeÀgoraENERSA: síntesis de un proceso sin rumbo.

ENERSA: síntesis de un proceso sin rumbo.

Como lo hemos afirmado reiteradamente desde esta columna, producto de intensos y apasionados debates entre los autores firmantes, la política energética contribuye de manera decisiva en la configuración de la estructura social y productiva de una economía. Actúa como vector central para el desarrollo, tanto de las empresas como de las familias, ya que la accesibilidad a los recursos energéticos de calidad resulta una dimensión medular y dirimente del crecimiento con inclusión social.
La energía no es una “commoditie” más, sino la columna vertebral de cualquier proyecto de desarrollo provincial que busque crecimiento económico, con industrialización, fortalecimiento del mercado interno y redistribución progresiva del ingreso. Para ello, va de suyo, se hace necesario retomar la senda de la planificación de la política energética y en este sentido anterior, es ENERSA la empresa que funciona como el brazo ejecutor de la política energética provincial, es decir, es la herramienta más importante y estratégica de la que dispone Entre Ríos para generar y orientar el desarrollo productivo, ante lo cual se nos hace un deber cívico, ético y político ineludible señalar, que la citada empresa estatal ha sido conducida con estrictos criterios contables, es decir, equivocadamente se privilegió el “superávit comercial”, por sobre el “desarrollo provincial”, lo cual revela un costoso extravío político. Y este señalamiento que hacemos es por mencionar lo menos, ya que adentro de la misma empresa suceden cosas que distan mucho y riñen con la transparencia y un mínimo cartabón de ética republicana que debe asegurar el Estado.
El resultado positivo de los balances de ENERSA es una variable, que por sí misma, debería haber encendido todas las alarmas, siendo la señal más clara y visible del extravío en su conducción energética, es decir, que el balance positivo resulta de la “no inversión” en infraestructura básica, denudando la falta total de una estrategia que permita ayudar a las fuerzas productivas provinciales a avanzar en el camino del desarrollo, ante lo cual surge naturalmente el interrogante de ¿cómo podría esperar la provincia la recepción de capitales productivos si ni siquiera ella misma, a través de sus empresas controladas, invierte los saldos comerciales positivos?

La empresa distribuidora de energía de la provincia se limitó a prestar un servicio público, con un nivel de calidad que, según datos ofrecidos por ella misma, viene cayendo estrepitosamente sin una explicación razonable.
En términos económicos, pero también políticos, la distribuidora ENERSA es: 1- un monopolio natural con potestad de cortar el servicio ante la falta de pago (alto poder de cohesión, si los hay), 2- en coordinación con el EPRE (que realmente debería controlarla), tiene la posibilidad de fijar la tarifa y 3- en “sociedad” con los municipios, de recaudar (a través de las facturas de energía eléctrica) los importes resultantes de las tasas arbitrariamente definidas por las comunas.
Conclusión: los ingresos de un monopolio y sus resultados económicos no pueden y no deberían sorprender a nadie. ¿Después de todo, qué mérito tienen? Entre Ríos cobra por su energía una de las tarifas más elevadas del país, batiendo un triste récord, castigando a residencias familiares y a las fuerzas productivas, provocando, incluso, el éxodo de productores como los arroceros, donde el componente energético tiene una incidencia enorme en sus costos.
Una tarifa accesible no implica la totalidad de una política energética, pero su inversa, el desinterés por esa “tarifa sana” (i.e., accesible), implica ineludiblemente la falta total de una “política energética”.
Otro aporte al análisis sobre el desconcierto energético en el que ha transitado la conducción de ENERSA por años, es el desinterés absoluto y vergonzoso por el desarrollo de proveedores pymes provinciales que sustituyan por producción local, insumos y servicios indispensables para la operación del sistema energético provincial, es decir una flagrante omisión al desarrollo de las cadenas de valor locales.
Este formato de operación de la empresa, que sólo persigue aumentar sus ingresos (los últimos balances nos eximen de otra prueba y ni hablar de los sueldos que se pagan), incluye el cobro de todas las nuevas vinculaciones, en particular las que resultan ser propuestas productivas que normalmente tienen impresas inversiones en instalaciones, son afrontadas a estricto cargo del cliente y se ha chequeado que tanto los costos como los tiempos de vinculación simplemente no resultan funcionales para el posible inversor. Ha sido ventilado en este último tiempo, en los medios locales, un gravísimo y desopilante caso (hecho público por el empresario Adrián Valin), que obligó a esa empresa que estaba en la etapa final de una importante inversión en la provincia (planta de silos y fábrica de alimentos para mascotas) y que daría, por lo menos, veinte (20) puestos de trabajo directo, a emigrar a la vecina provincia de Santa Fé, sin que de ello resulte alguna explicación o corrección esencial por parte de ENERSA.

Una simple síntesis de lo anterior deja al descubierto que la declinante calidad del servicio no está directamente vinculada a las tarifas, porque aun siendo muy elevadas, fue mezquina, por exigua, la inversión para la expansión de la red hacia sectores excluidos o distantes. Es decir, el “tenedor de libros” (contador), montado sobre un monopolio, administró un resultado positivo.

Otra vez nos vemos obligados a sostener que la energía como vector de desarrollo no es una cuestión de simple “balanza comercial” como lo resolvió este grupo de contadores escindidos irresponsablemente de toda estrategia de desarrollo. Que la variable principal en el “tablero de control Provincial” NO es el balance positivo de ENERSA, como fue señalado equivocadamente. Afirmamos enfáticamente y así lo sostendremos cada vez que ello sea necesario para cambiar este rumbo equivocado, que la energía y los servicios públicos de la energía no están hechos para contribuir a un superávit, pues no es ni debería ser el objetivo de la política energética que el resultado de ENERSA sea el mejor posible. El objetivo real dentro de un plan estratégico de provincia y dentro de él, un sistema energético, es aportar al desarrollo productivo y que la gente, en sus distintas actividades, tenga energía. Si ello no acontece y continuamos en este inercial declive por falta de una estrategia que nos saque del subdesarrollo, esta provincia estará destinada a ser definitivamente la hermana pobre de la región centro.
Paraná, 12 Octubre de 2023
Autores: Alejandro Di Palma, José Mouliá, Roberto Domingo, Rubén Pagliotto, Julio Panceri y Pablo Mussio.

NOTICIAS RELACIONADAS